Una de las mejores maneras de preservar la lengua española es
escribiendo literatura, no porque usen los artistas del lenguaje palabras
domingueras, sino porque hacen gala de figuras retóricas, luciendo su elocuencia
y elaborada sintaxis; en síntesis, porque emplean un español culto de forma
elegante, sin otra finalidad que suscitar la experiencia estética en los
lectores. Para osar escribir hay que leer mucho previamente. Los escritores son
antes que nada lectores, y su escritura: una manera más de leer el mundo. Es
loable que en nuestra ciudad se publiquen revistas literarias, es bueno que
tengamos literatura independiente en el Bajío.
La revista leonesa El Canto del Ahuehuete cumple tres años de
publicarse. Han dedicado su edición número 23
a celebrar un aniversario más de vida. La revista es dirigida por el
poeta leonés Uriel Martínez, quien ha sabido integrar y coordinar diversas
voces y géneros enriqueciendo nuestro medio cultural y literario. Entre los
editores se encuentran el poeta Aníbal Martínez, el diseñador Emanuel Muñoz, y el
caricaturista Luis Gómez, por sólo mencionar a algunos de ellos. Los
colaboradores han rebasado la cantidad de ciento cuarenta.
La poesía, la narrativa, el ensayo, la traducción, las artes plásticas,
la crítica de arte, la caricatura, y otros géneros, han poblado sus páginas. Escribe
el equipo editorial en este número: “El tiempo es relativo, en la cuenta de los
días, la temporalidad no escapa de los límites de las horas, y con la suma de
ellas, en un abrir y cerrar de ojos, tres años han transcurrido y seguimos
vigentes; tal vez la terquedad nos permite continuar.” Más que terquedad,
perseverancia, trabajo, amor por la literatura y por el arte.
Poco a poco, El Canto del Ahuehuete ha ido aumentando sus páginas, sus
secciones, sus colaboradores. Sus portadas fomentan la difusión pictórica, pues
son óleos o acrílicos los que nos introducen con sus evocaciones oníricas al
universo de las letras. En este número le toca el turno al óleo sobre tela
titulado “Porque hay marcas que son solamente mías o mi lado izquierdo donde
anidas”, del pintor José Julián Gámez.
La finalidad de El Canto nos la dicen los editores en la página 32 de este
número: “…con una sencilla selección de textos iniciamos El Canto del
Ahuehuete, con la pretensión de abrir unas páginas a la sociedad leonesa como
una labor que incitara a promover el quehacer artístico, sin más búsqueda que
las palabras, las ideas y la imagen.”
Algo que me gusta especialmente de la revista es que publiquen
traducciones, la traducción es un género literario menospreciado por muchos
editores y lectores, pero no es menos importante que los otros géneros.
Enhorabuena a Uriel Martínez y a todos los editores, colaboradores y
lectores de El Canto del Ahuehuete. ¡Que haya arte y literatura para muchos
años más!