La historia de la lengua española es una disciplina científica que se
posiciona cada vez más en las universidades mexicanas, es una disciplina
híbrida, mezcla de historiografía con lingüística, pero son mayoritariamente
lingüistas quienes la consideran una rama de su ciencia, a la que llaman
lingüística histórica, los historiadores a su vez, la denominan historiografía
lingüística.
En España estudian esta disciplina en las facultades de filología
hispánica, filólogos de la talla de Ramón Menéndez Pidal y Rafael Lapesa se
formaron como historiadores, aunque la regla indica que los grandes
historiadores españoles de nuestra lengua se han formado como filólogos (la
filología es el estudio de la cultura escrita en una sociedad determinada
combinando y complementando tres enfoques metodológicos: el lingüístico, el
histórico y el literario, sin soslayar el numismático o el arqueológico), por
ejemplo, Rafael Cano, coordinador de la colectiva Historia de la lengua española (Ariel, 2008, 2ª ed.), libro que hasta
el momento es una de las historias académicas más completas.
En nuestro país, la referencia imprescindible es Los 1001 años de la lengua española de Antonio Alatorre (FCE, 2010,
3ª ed.), es uno de los estudios históricos más heterodoxos que se han publicado
sobre nuestra lengua, enfocado en el español que hablamos en México, es
deliberadamente divulgativo, aunque no exento de erudición y belleza
estilística, Alatorre fue un académico consumado que se rebeló contra el uso de
la jerigonza de la academia, pero jamás pudo suprimir su sabiduría lingüística
ni el aparato crítico en su obra, prueba de ello es su utilísimo índice
onomástico. Alatorre fue un precursor en 1979, otros investigadores han hecho
aportaciones importantes en la historia del español americano, con especial
énfasis en el mexicano.
El español en América (FCE, 2001) de José G. Moreno de
Alba, de la Academia Mexicana de la Lengua, donde el autor trata de elucidar
los orígenes del español que hablamos, sobre todo el sistema fonológico, sus
peculiaridades y diferencias respecto al español peninsular, revisa
concienzudamente la hipótesis andalucista. El concepto de español peninsular es
una falacia porque España no escapa al fenómeno de la dialectización, hay un
español castellano, uno extremeño, otro andaluz, etc.
El lingüista de El Colegio Nacional,
Luis Fernando Lara es otro de los estudiosos de la disciplina, Para la historia de la expansión del español
por México1 (CN, 2007) es un compendio bibliográfico crítico y un
señalamiento sobre las mentiras histórico-lingüísticas que han arraigado en
nuestro país, tergiversado la historia de la evolución de la lengua española en
México.
Estos son algunos de los estudios más sobresalientes, realizados por
académicos mexicanos, es imprescindible conocer la historia de la lengua
milenaria que hablamos porque nos otorga identidad lingüística, tenemos un
patrimonio que lingüísticamente comenzó con el latín e históricamente con el
Imperio Romano.
Conociendo sus tesoros y su grandeza eludiremos el malinchismo
lingüístico en boga y amaremos más nuestra lengua materna, hablamos la lengua
de Quevedo, de Alfonso X el sabio, expresamos nuestro ser en la lengua del
humanista renacentista Antonio de Nebrija, primer gramático de nuestra lengua
nacida en Castilla, aún hay mucha historia por narrar sobre la andadura del
español.
1 El
lector puede leer mi artículo El español de México: una historia inconclusa,
donde sintetizo el trabajo del doctor Lara, en la revista 012:
http://www.012.mx/otrasfirmas/franciscogonzalez/el-espanol-de-mexico-una-historia-inconclusa.html